Tuesday, September 11, 2007

Lo sambeado, sambeado quedo

Hace una semana estuve en Río de Janeiro y viví días muy movidos, llenos de adrenalina, degustando labios cariocas, quien sabe lo que hice, todo quedó en ese paradisíaco lugar. Ahora, me detengo a pensar como empezó este alocado viaje y reconozco que comenzó jugando a la ronda, hace más de un año, como una suerte de ilusión pero que la vi en 3D cuando pise suelo brasilero. Es que a pesar de haber vivido con una imagen fantasma de este país, nunca tuve el obsesivo deseo de viajar allá, hasta que lo conocí. Pues así es, ese hombre cinco años mayor, paulista, con una ascendencia confusa, de rasgos que no concuerdan con mi tipo de hombre ideal, con unos cuantos besos y caricias en una noche arrebatada, cambio mi forma de ver a los hombres, las relaciones y el amor.

Después de haber querido tanto al Chino y de estar tan lejos de él, siempre tuve presente que no podría iniciar una relación de distancia otra vez. Después de él, he vivido alegremente cada día de mi vida, he pensado estar enamorada muchas veces, como toda mujer, seguro me entenderás, que he sufrido por muchos hombres, me ilusionado, he sentido colera, cariño, pasión y otras cosas. Las mujeres somos así, es nuestra naturaleza y es que nos gusta sentirnos queridas, sobre todo cuando por un largo tiempo estás sola. Así es, sentimos la necesidad de acabar con esa soledad y por esa misma necesidad hay veces que terminamos errando y dejándonos llevar por quien no dio restos de amor.

Sin embargo, llega el día en que conocemos a esa persona que realmente te llena. Solo basto un día para conocerlo, una semana para vivir con él: hoy ya se que lo amo. El logro sacar de un cajón guardado y empolvado a ese retrato que permaneció ahí durante mas de 5 años, logro que me desprenda de esta figura que vivía latente. La razón es sencilla y tu la sabes, pues hay alguien en alguna parte del mundo que te quiere, te desea, aunque no sea perfecto. Se que eres feliz, y no porque encontraste el amor de tu vida en Brasil, sino porque tienes actitud positiva frente a la distancia que los separa, frente a infidelidad que amenaza, frente al tiempo, frente a tus sueños. Puedo entenderte, aunque para los demás, suene ilógico que estés feliz a pesar de que el hombre de tu vida esta lejos viviendo su vida y tu la tuya, posiblemente con otras personas. Entiendo también, que ese amor que sientes por él es suficiente para ser feliz; pues tu ya viviste los mejores días de tu vida con él y con ello te basta y te sobra, porque como dice mi mamá: Lo bueno dura, lo malo se acaba rápido. Tu nunca lo olvidaras aunque termines formando tu vida con otro hombres, porque él es el amor de tu vida: Los finales felices no siempre acaban con el príncipe amado.

2 comments:

Unknown said...

qué bonito post. bonita reflexión.

Ale said...

Yo he estado en Brasil, país mais bonito du mundo :)