Hace
unos años atrás, todos los jueves, viernes y sábados estaba de fiesta. En
verano, los jueves eran de Aura, los viernes de Help, los sábados de Costa
Brava del sur para luego ir al Dragón, y terminaba yendo a dormir a las 10am.
Claro algunas veces, también habían fines más tranquilos en los que viajaba un
poco más al sur (Asia) y nos quedábamos tertuliando en la casa de playa, pero
siempre terminábamos en el boulevard. Eran tiempos en los que el cansancio no
cuenta, no hay riesgos y los peligros se ven lejos de uno.
Hoy,
vivo tranquila sin juergas y sin viajes aventureros. ¿por qué? La respuesta es
que el ser mamá me cambio la vida completamente, y me hizo notar que en cada
una de mis acciones puse mi vida en peligro. Hoy una vez más, la vida me ha enseñado
que nadie tiene la vida comprada, que lo que pasa en la televisión o en las
películas no está muy lejos de ser real. En los últimos días, me he sentido
vulnerable, al ver la muerte inesperada sentada al lado mío. Pues se llevo a mi
amigo, quien me enseño a bailar el Gangnam Style y todos los bailes de moda.
Aldo Torres fue ese chibolo, que llego un día a mi oficina, desbordando
sencillez y talento, para alegrar mis mañanas con un “Chesibon” o un “habla pes
chuls”.
He
compartido mucho con él en los últimos meses, escuchando sus anécdotas, dándole
consejos y explicándole cosas de mujeres; por lo cual extrañare su presencia en
este mundo. No pensé dedicar un post de despedida para ti, porque lo imagine
viejito con su bigote, tal cual la foto que me dejo de recuerdo en mi teléfono.
Sin embargo, necesito escribir de Alfdito, como yo le decía, y hacer catarsis;
porque está experiencia ha sido muy fuerte para todos los que lo queremos.
Necesito escribir para terminar de aceptar la partida de mi amigo Alditi, que
tenía creatividad y talento necesarias para la publicidad, al que imagine con
un futuro brillante, que leía mis ideas rápidamente y que con una mirada limpia
llena de bondad me decía que mi carpeta estaría terminada al final del día.
Finalmente,
hoy acepto su partida, pero en mi mente está su voz, dejándome mas de un
mensaje y lo recordare con cada galleta Chaplin que coma, cada vez que escuche
al “Jonathan” o a “Damian y al Toyo” y mientras baile reggaetón lo recordaré
con alegría. Se que Dios tiene las puertas abiertas para él, porque seguro que necesitaba un artista allá arriba. See u Later!
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