No recuerdo tu voz

En las películas es importante el uso de sonidos, debido a que, el sonido da tonalidades de tristeza, alegría, emoción, suspenso, terror, etc. Yo creo que en mi vida pasa lo mismo, hay una canción para cada momento importante de mi vida y para cada persona. Así, mi infancia está marcada por todo el repertorio de Nubeluz, Palocoquitos y Yordy. La época de los quinceañeros incluye canciones como María de Vico C, Procura de Jandy Feliz y La Matucada. Luego, mi etapa de cachimba se relacionan con: Tabaco y Chanel de Bacilos o Chocolate, Mayonesa (lo que sea) de un grupo que no recuerdo.

Las personas importantes en mi vida también tienen una o más canciones. Mi hija María Eduarda tiene la hermosa canción que su padre se la dedico cuando nos enteramos que sería una niña: Vivo por ella de Andrea Bocelli. Entonces, no puedo dejar de decir que el amor de mi vida también tiene varias canciones, como Lady, entre otras.

Pero, me pregunto que pasa cuando algo en tu vida no tiene sonido. La respuesta es que el tiempo hace que olvidemos sonidos. Hoy tengo en mi mente tu rostro, pero no recuerdo tu voz y eso da como resultado que no sienta nada, que no sepa quién eres. Es decir, nos olvidamos de las personas y de momentos, que vamos remplazando por otros.

Reconozco que he reemplazado el sonido de la música tonera por canciones de cuna que hacen feliz a María Eduarda, o la música de mis novelas por partidos de futbol o de muay thai. Mi nueva familia ha llenado los vacios que dejaron mis amigos que se fueron, o los que siguen en Lima pero que ya no me buscan porque soy mamá. Claro, que siempre hay personas que aunque estén lejos te dicen yo estoy presente. Por eso, Karla, Johanna, Patty, Erick, Analuz, Ale y Gika seguirán siendo mis amigos.